martes, 26 de febrero de 2019

Crítica de '¿Podrás perdonarme algún día?


Siempre es un gusto ver a intérpretes que suelen estar encasillados en un tipo de papel hacer algo completamente distinto. Esto es lo que ocurre con Melissa McCarthy y ¿Podrás perdonarme algún día?, cinta por la que ha sido nominada al Oscar y que está dirigida por Marielle Heller, responsable de The Diary of a Teenage Girl.

La película está basada en hechos reales y sigue la historia de Lee Israel, una respetada biógrafa en decadencia que comienza a falsificar cartas de escritores y celeridades fallecidas con el fin de pagar el alquiler. Cuando las falsificaciones empiezan a levantar sospechas, Israel roba y vende las verdaderas cartas de los archivos sin saber que el FBI está investigando el asunto.

Foto: filmaffinity.com

La química que tienen en pantalla McCarthy y Grant es explosiva, otorgando de corazón y personalidad a un film que, contra todo pronóstico, acaba encontrando su lugar para convertirse en una de las sorpresas de la temporada. La cinta es muy gratificante, con un sublime Grant que hacía años que no estaba tan bien y con una McCarthy que enmienda los malos papeles que había hecho recientemente.

El largometraje explora las miserias de la escritora, aunque nunca se regodea ni se ríe de ellas. Lo más empático de la historia viene del compañero de borracheras Jack, un homosexual despreocupada y de vuelta de todo con el que Grant disfruta y se lo pasa en grande.

Lo mejor de ¿Podrás perdonarme algún día? es que decide centrarse de manera total en sus personajes y su ambiente, transmitiendo mucho y centrándose de manera magistral en un personaje de lo más interesante. McCarthy ofrece su mejor interpretación hasta la fecha con reflexiones evocadoras sobre la amistad, la soledad y la inseguridad creativa.

Valoración: 3,5/5

Lo mejor: La forma que tiene de tratar a los personajes

Lo peor: Que su guion tiene partes brillantes combinadas con otras que solo son aceptables

martes, 19 de febrero de 2019

‘Feliz Día de tu muerte 2’, la misma estructura sigue funcionando


¿Para qué cambiar lo que funciona de manera extraordinaria? Esta pregunta es la que se han debido hacer los productores de Feliz Día de tu muerte que, tan solo un año y cuatro meses después, ofrece su secuela, que cuenta exactamente con el mismo equipo. Christopher Landon repite como guionista y director, mientras que Jessica Rothe e Israel Broussard vuelven a encarnar a los personajes principales.

Feliz día de tu muerte 2 se sitúa dos años después de los eventos acaecidos en la primera película. Tree Gelbam vuelve a entrar en el bucle temporal para descubrir el motivo por el cual accedió a él en primer lugar. También debe hacer frente a Lori que, tras resucitar a causa del bucle, ha vuelto sedienta de venganza.

Foto: filmaffinity.com

Como hemos adelantado al principio, esta entrega no ofrece nada nuevo. Explota hasta la saciedad lo que acontecía en el anterior film y, en algunas escenas, lo hace con menos dinamismo. Es cierto que la secuela no ofrece el factor sorpresa de la primera parte. Pese a esto, funciona de manera muy correcta.

Feliz día de tu muerte 2 demuestra que no nos importa ver lo mismo otra vez y que esta saga ha dado una nueva vida al slasher, un género que ya estaba moribundo, volviendo a ser el relato criminal más divertido que hemos visto en mucho tiempo.

Christopher Landon vuelve a ofrecer una disfrutable chorrada, de esas que le dan un muy buen sabor de boca a las palomitas, ambientando de manera perfecta una velada de vídeo y borrachera entre amigos. No ofrece nada nuevo y se tiene la sensación de estar con deja vu todo el rato, pero sigue siendo un producto igual de divertido. Eso sí, si hacen una tercera parte que se esfuercen por innovar, al menos, un poco.

Valoración: 3/5

Lo mejor: Sigue provocando las mismas risas y disfrute que la primera parte

Lo peor: Que es una copia exacta de lo que vimos hace menos de año y medio

martes, 12 de febrero de 2019

‘La clase de piano’: comedia dramática correcta a la que le falta melodía


El francés Ludovic Bernard, quien debutó en 2017 con Misión País Vasco y El ascenso, ofrece ahora La clase de piano, una comedia dramática buen rollista que cuenta con Jules Benchetrit, Lambert Wilson y Kristin Scott Thomas en su reparto.

La película cuenta la historia de Mathieu Malinski, cuyo secreto es la música, un tema del que no se atreve a hablar con sus colegas. Cuando uno de los pequeños robos que lleva a cabo con sus amigos le hacen terminar en el calabozo, Pierre Geitner, director del Conservatorio Nacional Superior de Música y que le vio tocar en una estación, consigue sacarlo a cambio de servicios sociales. Pierre decide inscribir a Mathieu en el concurso nacional de piano al ver en él un gran potencial, por lo que el protagonista entra en un mundo nuevo cuyos códigos ignora.

La mayor parte de la trama del film se desarrolla en las modernas y elegantes salas del Conservatorio Nacional de París, un escenario con gran belleza y que hace que el espectador esté metido en todo momento en el clima musical y de elegancia que pretende acoger la película.

La clase de piano es, en su conjunto, muy predecible, aunque cuenta con momentos encantadores e inesperados. Uno de ellos es la relación que se establece entre Mathieu y la violonchelista y estudiante de conservatorio Anna, una chica de una familia acomodada de músicos que funciona como un contrapunto natural de Mathieu y sus antecedentes.

Es una comedia dramática que está muy bien organizada y orquestada pero que resulta demasiado convencional. No obstante, a lo largo de todo su metraje, ofrece algunos elementos interesantes antes de llegar a un final que es bastante previsible y que ya se puede deducir con solo leer su argumento.

Valoración: 2,5/5

Lo mejor: Es una película muy agradable de ver

Lo peor: La historia de superación y de cambio del protagonista está demasiado trillada en el cine

martes, 5 de febrero de 2019

Crítica de 'Bajo el mismo techo'


Ya era hora de que viéramos a Silvia Abril haciendo un papel protagonista en la gran pantalla, en esta ocasión junto a Jordi Sánchez. La encargada de dirigir a estos dos reyes de la comedia española es Juana Macias, directora de Embarazados, y quien también escribe el guion del film.

Bajo el mismo techo cuenta la historia de un matrimonio que acaba divorciándose. A pesar de esta separación oficial, ambos deben seguir compartiendo piso al no encontrar a un comprador de la vivienda que tanto tiempo han compartido. Además, ninguno de ellos tiene la liquidez suficiente como para irse a vivir a un nuevo apartamento.

Foto: sensacine.com

El film empieza de manera correcta, presentando de forma pausada (pero correcta) a los personajes para que así el espectador entienda su contexto. Sin embargo, lo que al principio parecía dinámico, acaba por volverse muy repetitivo.

La comedia protagonizada por Jordi Sánchez y Silvia Abril funcionaría más como cortometraje que como largometraje. No tiene el interés suficiente como para tardar una hora media en explicar todo lo que tiene que contar. Bajo el mismo techo se va haciendo, cada vez, más pesada. Su forma de estructurarse en capítulos no le ayuda nada; al contrario, le resta dinamismo y provoca que el espectador se impaciente.

Además, sigue una fórmula parecida a la usada, por ejemplo, por Santiago Segura en Sin rodeos pero sin la misma suerte: el incorporar cameos de actores o personalidades famosas sin venir a cuento, como es el caso de Dulceida o de Álex de Lucas. Da la sensación de que están metidos con calzador y, al final, es otro factor más que le resta dinamismo y agilidad. Por último, se quedan algunas historias en el aire que el espectador hubiera agradecido que se resolvieran, como qué es lo que pasa con la relación de Silvia Abril y Malena Alterio.


Valoración: 2,5/5

Lo mejor: Ver a Silvia Abril en un papel protagonista

Lo peor: Que la película decaiga a cada minuto