martes, 26 de marzo de 2019

‘Dolor y gloria’, vuelve el mejor Almodóvar


Después de emocionarnos y de ponernos a todos los pelos de punta en 2016 con Julieta, un drama perfectamente ejecutado y que nos regaló unas interpretaciones fabulosas de Emma Suárez y Adriana Ugarte, Pedro Almodóvar vuelve con Dolor y gloria, la cual también escribe y que, como es habitual, cuenta con la música de Alberto Iglesias. Lo que no es común es que, por primera vez, la encargada de la distribución de una película de Almodóvar no es Warner Bros, sino Sony Pictures, algo insólito. En la productora no hay ningún tipo de cambios, ya que está producida por El Deseo.

Con Dolor y Gloria, Almodóvar vuelve a sumergirse en el drama para narrar una serie de reencuentros, algunos físicos y otros recordados después de décadas. Los primeros y segundos amores, la mortalidad, un actor con el que el director trabajó, los sesenta, los ochenta, la actualidad y el vacío. La cinta busca hablar de la creación, tanto cinematográfica como teatral, y la dificultad de separar la creación de la propia vida.

Por primera vez, el director trabaja con Asier Etxeandia, quien está sensacional en su papel y, después de verlo en él, nos preguntamos cómo no han trabajado antes juntos y hace que pensemos que se puede convertir en el nuevo chico Almodóvar.

Foto: filmaffinity.com

Al contrario que Julieta, Dolor y Gloria es un largometraje donde los personajes masculinos tienen gran importancia, aunque también el director otorga a Penélope Cruz y a Julieta Serrano dos personajes secundarios esenciales, además de contar con otros intérpretes como Nora Navas, Leonardo Sbaraglia, Carmelo Gómez, Kiti Manver, Neus Alborch, Raúl Arévalo y el debut de la cantante Rosalía. Este es, sin duda, el proyecto más personal del cineasta manchego, donde uno de sus personajes (el interpretado por Antonio Banderas) es un director de cine, llamado Salvador Mallo, y en el que juega al alter ego.

En el film, este personaje recuerda a las personas y momentos que han marcado su vida, tanto artística como personalmente. Dolor y gloria es un viaje a las emociones, una película densa y emocionante que invita a que el espectador reflexione. Por esto, no es una obra dirigida a todo tipo de público, ya que se necesita una implicación activa del espectador, ya que Almodóvar, como siempre hace, no te lo da todo mascado, sino que invita a que cada uno mire más allá y saque sus propias conclusiones.

Dolor y gloria se rodó durante cuarenta y cuatro días en la Comunidad Valenciana, entre Valencia y Paterna, un film donde sus paisajes y su estética también son esenciales. En algunos momentos, Almodóvar se pasa de reflexivo y de profundo. Quiere contar tantas cosas que puede acabar saturando y provocando que no funcione tan bien como se esperaba. Aun así, se agradece que el director manchego haya decidido experimentar y no se haya quedado estancado en lo fácil, sino que haya explorado y ofrezca cosas que nunca antes se había atrevido a representar.

Un elemento para aplaudir de Dolor y gloria es que, Almodóvar decide alejarse del intimismo femenino de Julieta y de la mayoría de sus films para probar suerte, como en La mala educación, con otra historia de hombres aunque, a diferencia de esta, donde la mayor parte del reparto (encabezado por Gael García Bernal, Lluís Homar, Fele Martínez y Javier Cámara) eran hombres, aquí también cuenta con sus actrices fetiches. Todos los intérpretes que aparecen en el largometraje están elegidos minuciosamente. Parece como si el papel hubiera sido escrito solo para que ellos lo interpretaran, con un Antonio Banderas en uno de sus mejores papeles, y es que Almodóvar parece que sabe sacar lo mejor del malagueño (como ya hizo con La piel que habito).


Valoración: 3,5/5

Lo mejor: Todas sus actuaciones y que Almodóvar no tenga miedo al riesgo

Lo peor: En muchas escenas es demasiado densa y juega a ser demasiado poco escueta

martes, 19 de marzo de 2019

Crítica de ‘Un pueblo y su rey’


Pierre Schoeller, director de El ejercicio del poder (2011) regresa siete años más tarde con Un pueblo y su rey (2018), presentada en la pasada edición del Festival de Venecia en la sección oficial (fuera de concurso).

El film está protagonizado por Gaspard Ulliel, Louis Garrel y Laurent Lafitte, y se desarrolla en 1789, cuando un pueblo entra en revolución. La historia entrecruza los destinos de mujeres y hombres del pueblo con los de figuras históricas. Su lugar de encuentro es la recién creada Asamblea Nacional. En el centro de la historia se desarrolla la suerte de un rey y el surgimiento de la república.

Foto: filmaffinity.com

Por el argumento, vemos que estamos ante un largometraje histórico. Sin embargo, la historia se puede contar con mucho dinamismo y aportando ejemplos que ayuden al espectador a entender la historia. Por desgracia, en Un pueblo y su rey no ocurre nada de esto.

Sorprende la pesadez académica con la que Pierre Schoeller ha decidido enfrentarse a este periodo decisivo de la historia europea. La película parece estar más preocupada por reunir a grandes nombres del cine francés que por encontrar un nuevo ángulo de visión.

Los 121 minutos que dura Un pueblo y su rey son muy pesados, ya que ofrece una visión muy anticuada de la Revolución Francesa. No tiene la capacidad para funcionar más allá de su representación convencional de los incidentes principales. Otro de sus fallos es que no ofrece algo intenso o trágico, surgiendo la duda al espectador cuando sale de la sala de por qué existe este film.

Pese a su poca emoción, tiene algunas cosas positivas, como el cuidado en su producción y la pasión de las interpretaciones. Sin embargo, esto no es suficiente, lo que provoca que Un pueblo y su rey fracase.

Valoración: 2/5
Lo mejor: Sus interpretaciones
Lo peor: Es muy aburrida y carente de emoción  

martes, 12 de marzo de 2019

Crítica de ‘El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie)’


 John S. Baird se encarga en su nuevo trabajo de algo que no es nada fácil: hacer cine dentro del cine. Además, se atreve llevando a cabo la biografía de Stan y Ollie, conocidos en castellano como el gordo y el flaco.

En la película, sus dos protagonistas se embarcan en su gira de despedida ahora que su época dorada parece haber quedado anclada en el pasado. Con la ayuda de sus respectivas mujeres, ambos logran conquistar al público de las salas de Reino Unido gracias a su peculiar manera de interpretar y de entender el mundo.

Foto: filmaffinity.com

Este biopic ahonda de manera correcta en la personalidad de ambos personajes y en las circunstancias personales que les convirtieron en figuras cómicas de leyenda, la cinta está interpretada con mucha ternura por Steve Coogan y John C. Reilly, estando hecha con cuidado y afecto en todos los apartados.

El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie) es una tragicomedia sólida, que busca explorar e ir más allá con unos personajes que dan mucho juego. Lejos de ser una comedia absurda, pretende revelar el impacto melancólico que sufrieron al darse cuenta de que sus carreras se acababan.

Un elemento muy importante para que el film funcione como lo hace es la increíble conexión que demuestran Coogan y Reilly, lo que es una oda a la amistad. Los dos ofrecen interpretaciones que son pura dinamita y con las que consiguen transmitir el tipo de expresión tanto humorística como física de estos cómicos sin caer en la caricatura.

La obra de Baird es un relato que debería ver todo el mundo que sea fan de la pareja y se haya reído a carcajadas con ellos. Un largometraje que no es ninguna obra maestra, pero sí bastante entretenido y que sirve para conocer a fondo a los dos cómicos por excelencia del cine.

Valoración: 3,5/5

Lo mejor: La conexión entre Coogan y Reilly

Lo peor: Es una película biográfica al uso

martes, 5 de marzo de 2019

Crítica de 'Larga vida y prosperidad'


Es una delicia el poder disfrutar de Dakota Fanning en la pantalla. Siempre está bien y transmite justo lo que se necesita en ese momento. Es por eso por lo que vuelve a brillar en Larga vida y prosperidad, dirigida por Ben Lewis, director de Las sesiones, y que llega a España con dos años de retraso.

Larga vida y prosperidad cuenta la historia de Wendy Walcott, a quien le gusta bailar mientras escucha música en su iPod y teje suéteres para objetos inanimados. Ella es autista y, para probarle a su hermana mayor que es capaz de cuidarse por sí misma, se escapa de la clínica en la que vive para ir a presentar su guion de Star Trek en un concurso de escritura.


Foto: filmaffinity.com

La historia de la cinta es mínima y extremadamente básica. Sin embargo, cuenta con cierta originalidad y con una magia especial gracias a su factor trekkie, además de disponer de algunos tiernos pasos de comedia y de las brillantes actuaciones de Dakota Fanning y Toni Collette.

Otro mérito de Larga vida y prosperidad es el acertado retrato que hace del vínculo entre Wendy y su hermana, siendo muy interesante que el espectador pueda observar la relación que tienen ellas dos, explorando en las personas que tienen autismo y el cómo se pueden sentir ante el trato de otras personas.

El largometraje protagonizado por Fanning es, por tanto, una mirada atenta al autismo, siendo un sensible estudio de personaje cuya historia resulta bastante convencional. Sin embargo, le falta cierto riesgo y va tímidamente a donde muchas otras han ido antes con mucha más agilidad. Una película que es agradable de ver, a la vieja usanza y con unas interpretaciones que, sin duda, la elevan y hace que tenga mayor interés.

Valoración: 3/5

Lo mejor: Las brillantes interpretaciones de Dakota Fanning y Toni Collette

Lo peor: Que no se atreva a explorar y profundizar más en las características de las personas con espectro autista