martes, 26 de junio de 2018

Crítica de 'Hereditary': terror sin sabor palomitero


El terror, ese género que parece confeccionado para romper la taquilla a través del grito fácil y de sustos gratuitos. Esto es así en la mayoría de los casos (véase en las recientes Verdad o reto o en Los extraños: cacería nocturna) pero, como todo en la vida, hay excepciones, y una de ellas se llama Hereditary.

La cinta cuenta la historia de la familia Graham cuando empiezan a suceder cosas extrañas en su casa tras la muerte de la abuela y matriarca, que deja a su hija Annie en herencia su casa. Todo se complicará cuando la hija menor de Annie comience a ver figuras fantasmales, que también aparecerán ante su hermano.

Foto: filmaffinity.com

Leído así, su argumento puede parecer como el de muchos filmes de terror que tienen como escenario casas fantasmales llenas de espíritus. Sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad, puesto que Hereditary tiene, en la forma de su narración, un toque que la hace diferente y que provoca que dé muchísimo miedo, de esos que quitan el sueño durante días.

Hereditary no es un largometraje de terror convencional. Eso hay que tenerlo claro, ya que muchos espectadores se pueden esperar de ella algo que realmente no les va a ofrecer. No hay sustos gratuitos ni sobresaltos durante las dos horas de metraje, aunque sí que hay mucha tensión en todo momento. No es una película fácil de ver, ya que tienes que estar pendiente de los detalles en cada momento.

La cinta dirigida por Ari Aster tiene una sustancia que está a la altura de sus sustos, siendo una de las obras de terror más traumáticas de los últimos años. El terror real se combina con el terror emocional de una forma asombrosa, siendo imposible de describir realmente lo que ocurre en pantalla. Sin duda, una experiencia totalmente recomendable para gourmets del terror.


Valoración: 4/5

Lo mejor: Su capacidad para generar tensión incluso en los momentos en los que no pasa nada

Lo peor: Que su innovación no sea bien digerida por aquellos que busquen un espectáculo palomitero

sábado, 23 de junio de 2018

Crítica de 'Con amor, Simón': distintos personajes, mismo mensaje


Cuando Con amor, Simón se estrenó hace unos meses en Estados Unidos, las críticas apuntaban a que estábamos ante una comedia romántica muy diferente a las que se habían hecho anteriormente y profundamente original. Sin embargo, después del visionado del fin, el espectador se puede sentir un poco cabreado, e incluso timado, con lo que le acaba de pasar. Vamos por partes.

Con amor, Simón, cuenta la historia de un joven de 16 años que no se atreve a revelar su homosexualidad. Sin embargo, un día uno de sus correos electrónicos llega a manos equivocadas y las cosas se complican.

Foto: Fotogramas.es

El filme ha sido alabado por ser una de las primeras películas de un gran estudio que tiene a un personaje homosexual como protagonista, pero no por nada más. Parece que cuando Hollywood decide dar visibilidad a ciertos colectivos (LGTBI, las personas de raza negra, etc.) el trabajo tiene que valorarse positivamente por salirse de lo convencional, cuando esto no debería ser así, ya que se produce una diferenciación y una categorización que realmente no tendría que darse.

Con amor, Simón, es bastante entretenida y tiene momentos realmente divertidos y emotivos. Sin embargo, no deja en ningún momento de seguir la típica fórmula de película de instituto, con momentos que rozan lo cursi y lo empalagoso.

El largometraje no es tan vibrante como parece, ya que tampoco busca profundizar demasiado en sus historias ni lanzar un mensaje claro al final del todo. Es un retrato sincero, pero es inevitable su comparación con telefilmes o con series dulcemente progresistas de segunda categoría. Es emotiva como gesto o entretenimiento, pero no nos da nada nuevo que no hayamos visto en series estadounidenses como la muy recomendable Degrassi.


Valoración: 3/5

Lo mejor: Es muy entretenida y puede servir de ayuda a muchos adolescentes que pasen por la misma situación que el protagonista

Lo peor: Que no sea tan novedosa y única como la venden

sábado, 16 de junio de 2018

Crítica de 'Jurassic World: El reino caído'. Llega el filme más esperado del año


El trabajo duro siempre lleva al éxito y si no que se lo digan a J. A. Bayona. En 2007 dirigió El Orfanato, su primera cinta, que tenía como protagonista a Belén Rueda, una de las actrices más conocidas de este país. Sin embargo, esto no fue nada para lo que se avecinaba después. Después de Lo Imposible y de emocionar a millones de espectadores con Un monstruo viene a verme, Bayona llega con el proyecto más grande e impresionante de su carrera: la secuela de la cuarta película más taquillera de la historia del cine.

En Jurassic World: El reino caído, una erupción volcánica amenaza a los dinosaurios restantes en la Isla Nublar, donde las criaturas han vagado después de la desaparición de Jurassic World. Claire Dearing, ex gerente del parque, ahora fundó el Grupo de Protección de Dinosaurios, una organización dedicada a proteger a los dinosaurios. Para ayudar con su causa, Claire ha reclutado a Owen Grady, el ex entrenador de dinosaurios que trabajó en el parque, para evitar la extinción de los dinosaurios. 

Foto: fotogramas.es

El filme se nota que está rodado con la intención de volver a impactar al espectador pero sin esa presión e incertidumbre de si va a funcionar correctamente o no después del gran taquillazo que supuso Jurassic World en 2015. La película tiene más terror y misterio que la anterior entrega, aunque es menos fiel de lo que nos tiene acostumbrados el universo Jurassic Park.

Jurassic World recordaba mucho al primer Jurassic de Steven Spielberg, provocando una sensación vintage y de vuelta al pasado impresionante y regalándonos una cinta familiar de esas que no se veían desde hacía mucho tiempo. Su secuela es disfrutable y entretenida, pero no tiene esa inocencia que nos enamoró en 2015 y que hizo que Jurassic Park estuviese más vivo que nunca.


Valoración: 3/5

Lo mejor: Es bastante entretenida y tiene la capacidad de generar gran tensión en momentos clave

Lo peor: La sensación de que se ha querido innovar y arriesgar demasiado al saber que el filme va a ser un éxito en la taquilla

sábado, 9 de junio de 2018

Crítica de 'Tully': te echábamos de menos Jason Reitman

A finales de 2014 llegó a nuestras pantallas ‘Hombres, mujeres y niños’, una película que tenía un estilo de telefilme malo de la década de los 2000. Esa fue la última vez que supimos algo de Jason Reitman, el director que había triunfado con Juno y Up in the Air. Parecía que poco a poco se había ido desinflando y que, sus dos últimos trabajos eran, sin duda, lo peor de su filmografía.

Después de un necesario descanso, Reitman ha vuelto junto a la guionista Diablo Cody, con quien forma un buen tándem. Tully nos cuenta la historia de una mujer con tres hijos, que es incapaz de lidiar con su bebé recién nacido. Por ello contrata a Tully, una niñera con la que rápidamente desarrollará una conexión especial.

Foto: Fotogramas.es

El largometraje nos brinda unas brillantes interpretaciones de Charlize Theron y Mackenzie Davis y nos ofrece una mirada divertida y penetrante al sacrificio que supone el criar a tus hijos. Entretiene al mismo tiempo que te hace reflexionar gracias al carisma de sus personajes y su capacidad de combinar el humor con temas serios.

La labor de la dirección es excelente, con unas secuencias de montaje maravillosas, que hacen que el espectador pueda empatizar con la cinta y capte su mensaje a la perfección. Realmente, Tully quiere que el espectador se dé cuenta de las mentiras que nos contamos a nosotros mismos para seguir cuerdos.

Tully es una comedia inteligente, que invita al espectador a reflexionar en una historia oscura con una gran carga profunda y más dramática de lo que parece. La conexión entre Theron y Davis es perfecta. Los tres años y medio de espera para que Reitman sacara una nueva cinta han merecido la pena. El director ha renovado sus ideas y ha vuelto más filosófico y profundo que nunca.

Valoración: 4/5

Lo mejor: La química que desprenden Charlize Theron y Mackenzie Davis


Lo peor: Cierto exceso en su conjunto, lo que puede provocar angustia en el espectador

sábado, 2 de junio de 2018

Crítica de 'Han Solo: Una historia de Star Wars'

Por fin ha llegado una de las películas más esperadas del año. Justo antes de entrar en el verano, Disney estrena Han Solo: Una historia de Star Wars, segundo de los spin-offs de la saga después de Rogue One. Ron Howard es el encargado de dirigir esta cinta. ¿Habrá merecido la pena la espera?

El filme cuenta las hazañas y aventuras de Han Solo como contrabandista y antes de conocer a Luke Skywalker en Star Wars: Episodio IV, contando sus primeros pasos desde joven hasta convertirse en el antihéroe que vimos en "Una nueva esperanza", antes de que se encontrase con Luke y Obiwan en la cantina de Mos Eisley.

Foto: filmaffinity.com

A través de un humor sarcástico, la cinta es bastante entretenida y se pasan rápidamente sus 143 minutos de metraje. Los fans de la saga quedarán encantados con el filme al conservar la esencia de los personajes y sin aportar esos ápices de novedad que tanto decepcionaron en Star Wars: los últimos Jedi.

La película de Han Solo es, al igual que El Despertar de la fuerza, un filme clásico de Star Wars, muy correcto pero que no arriesga nada, siendo una especie de tributo a la trilogía original pero contándonos pocas cosas nuevas y, la mayoría, insignificantes.

A la cinta dirigida por Ron Howard le sobran diálogos y le falta acción, escenas que hagan vibrar al espectador. Da la sensación de que Han Solo está hecha solo para fans incondicionales de la saga y para contentarles, pero nada más. El universo Star Wars tiene que dejar de centrarse en lo que el espectador ya conoce y buscar crear cosas nuevas, como se hizo en Los Últimos Jedi, una película polémica pero que, al fin y al cabo ha conseguido levantar más pasiones y ser más recordada por el público que las anteriores de la saga. Es así: Star Wars necesita un lavado de cara.


Valoración: 3/5

Lo mejor: La película es bastante entretenida


Lo peor: Su falta de frescura