Pasión, amor y celos. Este es el resumen principal de “Amar”, ópera
prima de Esteban Crespo que levantará pasiones y rechazos al mismo tiempo.
El film, protagonizado por María
Pedraza y Pol Monen es, cuanto menos, arriesgado, y con una historia a la que
no se le saca todo el partido que se debería. Su drama y su romance se confunde en muchos momentos con lo erótico y
explícito, dando la sensación en varias ocasiones de que estamos ante una
película de adultos con escenas sexuales demasiado largas.
Pese a algunas irregularidades,
“Amar” es una cinta bella que cuenta el
complicado proceso del amor desde una perspectiva diferente y única que
provocará la más absoluta emoción, pasando de la alegría al llanto en cuestión
de segundos, con un tramo final lacrimógeno pero muy necesario.
El largometraje funciona, en gran
parte, gracias a la entrega de sus
impecables protagonistas, en especial de María Pedraza, con cambios de
registros brutales.
“Amar” sabe reflejar
perfectamente las situaciones del amor y de los adolescentes pareciendo, en
muchas ocasiones, un documental que calca de manera exacta el proceso.
El espectador se sentirá
identificado con el personaje de Carlos, quien logra empatizar con el público desde el minuto uno. Su personaje es
quien más evoluciona y el más sufridor. Él representa
a todos los jóvenes que no saben qué hacer con su futuro, que se sienten asqueados
y engañados por la sociedad.
“Amar” es una lección de vida, que simboliza la
madurez, la pérdida de inocencia, las obsesiones y la belleza del primer amor.
En definitiva, una joya audiovisual, una película bella que, si hubiese
eliminado algunas de sus escenas más explícitas, sería redonda.
Valoración: 4/5
Lo mejor: Mantiene en tensión al espectador en todo momento con
situaciones impecables y con unas interpretaciones magníficas de María Pedraza
y Pol Monen
Lo peor: su escena inicial, más propia de una película de cine X
que de un drama con sentimientos a flor de piel
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