“Trainspotting” (1996) aportó
grandes momentos a la cultura pop con una de las mejores bandas sonoras del
cine y que todavía siguen incrustadas en nuestra memoria. 20 años después,
Danny Boyle ha querido recuperar su éxito recuperando al elenco original y con
una potente música una vez más,
pero, ¿habrá conseguido superar el difícil reto?
“T2: Trainspotting” es un
homenaje a su primera entrega, un
agradecimiento del director a todo lo que esta película ha significado para él
y para su filmografía, pero no consigue
aportar nada nuevo a la historia. Los personajes no avanzan, se reúnen para
rememorar lo que hicieron hace 20 años.
Este tributo hubiese estado muy
bien para un programa especial en Prime Time de televisión recordando viejos
momentos, pero el largometraje solo hace recordarnos lo buena que es “Trainspotting”
y lo poco original de la secuela.
“T2” transcurre, en sus 117
minutos de largometraje, a la deriva y a la improvisación más absoluta, calcando en algunas ocasiones escenas de la
anterior película.
La nostalgia es un ingrediente
que funciona muy bien en algunas secuelas, pero el problema es basar un guion entero en esa nostalgia. El film
logra adaptarse a los tiempos modernos incluyendo escenas y frases que hace 20
años no se nos hubieran pasado por la cabeza, pero estas novedades quedan en un
segundo plano y se diluyen por la intención del director de primar lo que ya
funcionada a arriesgarse con un nuevo producto.
“T2: Trainspotting” hace que el espectador pase un buen rato en el cine
y que disfrute con su espectacular banda sonora, pero también consigue que
una parte del público se plantee si no hubiera salido más barato ver en su
casa, una vez más, la primera parte.
Valoración: 2,5/5
Lo mejor: La fuerza de sus canciones y la brillantez en algunos de
sus diálogos
Lo peor: es una copia de su anterior entrega. No es nada mala, pero
es injusto que se pinte como novedoso una repetición descarada de lo que
funcionó hace 20 años.
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