Dice el dicho popular que lo
bueno, si es breve, es dos veces bueno, y esto es lo que le ocurre precisamente
a The
Guilty, un thriller que cuenta con una duración perfecta para que los
hechos se desarrollen dinámicamente y para evitar caer en escenas innecesarias.
El filme, dirigido por el debutante Gustav Möller, cuenta la historia de
Asger Holm, un oficial de policía que ha sido suspendido temporalmente de sus
funciones y relegado a operador del servicio de emergencias. Durante una noche,
recibe la extraña llamada de una mujer aterrada que ha sido secuestrada. Conforme
pasan los minutos, Asgar tendrá que enfrentarse a la precipitación de los
acontecimientos relacionados con el caso y a sus propios demonios personales.
Foto: filmaffinity.com
The Guilty cuenta con una
agilidad envidiable durante todo su metraje. Es un ejercicio inteligente de
entender el género. Es muy efectivo y sobrio y, durante sus 85 minutos, no
pierde el interés en un solo segundo. Con esta obra, el aburrimiento no existe.
Su protagonista, Jakob Cedergren, regala un ejercicio
actoral impecable lleno de intensidad en un papel muy lucido y del que Cedergren
ha sabido sacar provecho. Su visionado es obligatorio, puesto que es una
lección magistral de suspense cinematográfico.
Su clímax y la forma en la que
está narrada convierten a The Guilty en una de las obras
imprescindibles de este año. Aparte de lo que se muestra en pantalla,
Möller pretende que el espectador saque sus propias deducciones y que vaya
intentando resolver qué es lo que va a pasar. Lo mejor de todo es que es
absolutamente impredecible, no sabes nunca por dónde va a salir y, cuando se
termina, el espectador sale de la sala con una sensación de satisfacción
absoluta.
Valoración: 4/5
Lo mejor: Mantiene en tensión en todo momento y tiene la duración
exacta
Lo peor: Que pueda verse como un film fácil de hacer