En 2010 se estrenó
“Toy Story 3”, tercera entrega de esta saga animada. Después de
dos grandes películas, tenía mis serias dudas sobre este film: ¿era
realmente necesario este nuevo largometraje? Por supuesto que sí. A
diferencia de lo que me esperaba, me encontré con la que considero
una de mis películas favoritas, además de ser la mejor de la serie: un
film trepidante, único, emocionante y que esperabas que no terminase
nunca. Su final apuntaba como el desenlace que se merecía esta
colección de películas. Un año después, llegaron una serie de
cortos de “Toy Story” innecesarios y que no hacían justicia a la
originalidad y creatividad de los largometrajes.
Hace unos meses,
se anunció una nueva entrega de “Toy Story”. Cuando me enteré
de la noticia, reinó en mi una sensación de desilusión y tristeza,
no comprendía como podían alargar más la saga solo por el hecho de
ganar más dinero y obtener amplios beneficios. Pixar es una compañía
con muy buenos títulos, como “Up” o “Los Increíbles”, y
pienso que ninguna de ellas se merece una segunda entrega.
Hace varias
semanas, se reveló que la cuarta entrega de “Toy Story” sería
una comedia romántica, independiente del resto de películas de la
franquicia. ¿Por qué esta vuelta de tuerca? Está claro que cuando
algo funciona, las productoras intentan sacarle todo el jugo posible
al producto, hasta que se les agote y no les quede más. No obstante,
creo que Pixar es la mejor compañía de animación que hay, y si han
decidido hacer una nueva entrega de los juguetes más conocidos de la
pantalla grande, es porque algo bueno tienen en mente.
Espero que no nos
decepcionen y hagan un film digno de esta saga tan entrañable y que
tantos buenos momentos nos ha regalado.