domingo, 28 de mayo de 2017

Déjame salir: una obra más allá del susto fácil

En multitud de ocasiones, las películas de terror suelen regirse por el mismo patrón: sucesos paranormales, sobresaltos inesperados y una trama sin demasiado sentido. En “Déjame salir”, nada de esto ocurre, lo cual es de agradecer para el espectador.
El largometraje es una obra muy original hecha para la reflexión de los asistentes a la sala. Toca temas muy profundos, como es la discriminación racial, y lo hace mezclando la comedia y el terror.
Resultado de imagen de fotograma dejame salir
Desde la primera escena, la situación es inquietante y mantiene al espectador en total alerta. Pese a esto, “Déjame salir” no es una película que vaya a provocar muchos gritos y malos ratos. Es un thriller psicológico conducido por el factor sorpresa, que mantendrá en constante alerta al púbico, con algunos puntos gore al final de su metraje. A partir de que Catherine Keener y Bradley Whitford aparecen en pantalla, la cinta adquiere un clímax aterrador y bastante impactante.
Sin embargo, no todo es positivo en esta película, que ha logrado ser una de las sorpresas del año en cuanto a taquilla se refiere, convirtiéndose en una obra de culto. “Déjame salir” se presenta como un thriller psicológico con tintes de comedia. Los momentos cómicos no ayudan para nada a la producción protagonizada por Daniel Kaluuya. Su guion hace sacar de contexto al espectador, con escenas muy largas y que no ayudan en nada. El filme se ha presentado como una de las mejores películas de terror de los últimos tiempos, pese a que sus momentos de susto son mínimos y la parte cómica no logra desprender ni una sola carcajada.
“Déjame salir” se salva por la originalidad de su propuesta, su abundante crítica social y el factor sorpresa. El resultado es una historia macabra en torno al sometimiento que los blancos han ejercido sobre los afroamericanos.


Valoración: 3,5/5

Lo mejor: La originalidad de su propuesta y el desconcierto que generan sus escenas

Lo peor: El largometraje hubiese sido impecable si se hubieran eliminado todas sus partes cómicas

miércoles, 17 de mayo de 2017

Alien: Covenant, vuelta a los orígenes

Todavía queda Alien para rato. Desde que se estrenó “Alien: el octavo pasajero” ya han pasado 38 años y, con su nuevo largometraje, Ridley Scott ha demostrado que es una de las sagas más cuidadas y menos desgastadas de la historia del cine.
“Prometheus” marcó un nuevo comienzo, aunque para muchos supuso una desilusión puesto que no ofreció todo lo que se esperaba. Cinco años más tarde llega su secuela, que adquiere un tono más oscuro que su primera entrega, lo que se agradece enormemente.
“Alien: Covenant” es la cinta más gótica y terrorífica de todas las que se han visto de Alien, alejándose de su tono habitual, que solía ser entre ciencia-ficción, mugrienta y muy gamberro. “Prometheus” contaba con muchos aspectos filosóficos pero con poca acción, y, por suerte del espectador, esta vez ocurre justamente lo contrario.

Pese a que su guion es irregular e intenta atar cabos sueltos del film estrenado en 2012, es frenético y deja atado al público en la butaca los 123 minutos de metraje. Esto también puede provocar que el espectador sienta una excesiva dosis de adrenalina.
Michael Fassbender se convierte, en una ocasión más, en el protagonista de la película. Las escenas protagonizadas por él son las más redondas y brillantes y nos regala una gran interpretación. Además, las escenas en las catacumbas y en la ducha adoptan un carácter angustioso
“Alien: Covenant” nos da momentos que la saga llevaba décadas sin regalarnos. Este es el camino correcto y por el que Ridley Scott debe seguir. Todos los fans de la saga esperan que este nuevo Alien haya llegado para quedarse porque la estética gótica y terrorífica le ha sentado bien a un formato que no tiene ganas de desgastarse. Cuando en un largometraje de ciencia-ficción los guiones profundos y sin razón de ser se sustituyen por sangre y violencia, nada puede salir más.
En un año en el que se han estrenado muchos blockbusters y los que quedan, la película de Ridley Scott es una esperanza de que se pueden hacer taquillazos de calidad y respetando su esencia.

Valoración: 4/5
Lo mejor: Que se haya vuelto a la acción y al terror más frenético después del surrealista existencialismo de Prometheus.

Lo peor: Su guion flojea en algunos momentos e intenta atar algunos cabos sueltos sin resolver

domingo, 7 de mayo de 2017

Guardianes de la Galaxia Vol. 2: Cuando la repetición de la fórmula te juega una mala pasada

Que las películas de Marvel tienen sello propio es un hecho que está más que comprobado. Aparte de ser largometrajes de superhéroes, buscan ser comedias. Esto quedó más que corroborado en “Guardianes de la Galaxia” (2014), uno de los filmes más redondos de la compañía.
Tres años más tarde y después de un tremendo éxito, James Gunn nos ofrece una nueva aventura de estos personajes en la que se cuenta lo mismo que en la cinta anterior. En Guardianes de la Galaxia Vol. 2, no se observa una evolución de los personajes. Estos se quedan estancados en un ambiente de chistes repetitivos y con demasiada poca acción.

A Marvel, su sello le está pasando factura. La comedia ha invadido de manera preocupante el terreno que debería ocupar la acción. Se ha quedado paralizado en un humor que siempre es el mismo, cargado de chistes que cada vez hacen reír menos al espectador. La primera escena de Guardianes de la Galaxia (2014), era puro sentimiento y de las más melancólicas de Marvel, mientras que en esta segunda parte no hay ningún momento del metraje que esté más allá del notable.
El personaje de Bebé Groot es un recurso muy sencillo y que se usa en el largometraje sin ton ni son para que el público se lo pase bien pero sin aportar nada nuevo.
Pese a esto, Guardianes de la Galaxia Vol. 2 también tiene bastantes cosas positivas. En primer lugar, sabe explotar de manera brillante las relaciones entre los personajes, y la forma que tiene de autoparodiarse es envidiable.
Es cierto que estos guardianes de la galaxia han marcado una nueva época en el cine de superhéroes, pasando de héroes lastrados por traumas a una pandilla de galácticos con ganas de rockn´roll. Sin embargo, tienen que tener mucho cuidado y necesitan reinventarse si no quieren que el espectador empiece a aburrirse demasiado pronto.

Valoración: 3/5
Lo mejor: La fuerza de los personajes y las relaciones entre ellos

Lo peor: Acaba cayendo por su propio peso y nos ofrece más de lo mismo