Denis
Villeneuve es un director muy ambicioso y todos sus proyectos están dotados de
una gran calidad. Sin embargo, con Sicario dio la impresión de que el cineasta
canadiense se quedó a medio camino, con una realización y un clímax
espectacular, pero con una historia
pobre que no conseguía atrapar. Cuando se anunció su secuela, la verdad es
que sorprendió a muchos, puesto que la primera parte tampoco es que tuviera un
éxito tremendo.
En
Sicario: El día del soldado, Stefano
Sollima sustituye a Villeneuve en la dirección para contarnos el reencuentro
entre Matt Graver y Alejandro, quienes lucharán contra los cárteles de la droga
en la frontera entre México y Estados Unidos. Esta guerra se ha
intensificado por la unión entre narcotraficantes y terroristas, lo que hará
esta lucha mucho más cruenta.
Foto: sensacine.com
Pese
al cambio en la dirección, en esta
segunda entrega repiten algunos componentes del equipo de Sicario, como el
guionista Taylor Sheridan y el director de fotografía Roger Deakins. Josh
Brolin y Benicio del Toro vuelven a repetir en sus personajes de Matt Graver y
Alejandro, respectivamente.
No
cabía esperar mucho de esta secuela, que muchos habían tachado a priori de
innecesaria. Sin embargo, para sorpresa del espectador, Stefano Sollima logra
un clímax excelente que provoca una
película mucho más grande y espectacular. La realización y la dirección siguen
siendo espectaculares, ya que esta era la principal virtud de Sicario, pero, el
guion, que era lo que flaqueaba en su primera parte, atrapa desde el minuto uno
y harán que el público no pierda el interés.
Diálogos más crudos, situaciones más
violentas e imágenes más impactantes. Este cóctel provoca que
Sicario: El día del Soldado, remueva las entrañas al espectador y salga con una
sensación de satisfacción mezclada con malestar por las imágenes que acaba de
presenciar.
Valoración: 3,5/5
Lo mejor: Sus
imágenes, crudas e impactantes
Lo peor:
Tampoco viene a contar algo que no sepamos ya
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