domingo, 18 de octubre de 2015

Mi fin de semana con Jessica Chastain

Este fin de semana, Jessica Chastain, una de las actrices más trabajadoras de Hollywood, ha vuelto a la gran pantalla para presentarnos sus dos últimos proyectos de dos directores muy conocidos y respetados: Marte, de Ridley Scott y La Cumbre Escarlata, de Guillermo del Toro. Dos propuestas muy diferentes en las que Jessica Chastain demuestra ser muy camaleónica. A continuación, vamos a analizar ambos films.
Marte parece haber sido creada únicamente para lucimiento de Matt Damon. La película es un continuo monólogo de su actor protagonista en el que de vez en cuando interfieren otros personajes, como el de Jessica Chastain o Kristen Wiig. Esto es un error, ya que ocasiona que el largometraje carezca de ritmo y del interés que podría haber llegado a tener. Se echan de menos más momentos de acción, escenas de tensión, situaciones tensas o inesperadas. Desde que empieza Marte, sabes que todo va a salir bien aunque nadie te haya dicho nada, lo que provoca que en las dos horas y cuarto de película sepas perfectamente lo que va a suceder, como si hubieses escrito el guion sin que te hayan pagado un céntimo por ello. En resumen, un buen trabajo de Matt Damon pero con escaso interés y sin sentido de la sorpresa.


El otro film en el que ha aparecido esta semana Jessica Chastain, esta vez con mucho más protagonismo, es La Cumbre Escarlata, último largo de Guillermo del Toro después de la aburrida y simple Pacific Rim. En esta ocasión, podríamos decir que Del Toro vuelve un poco a sus orígenes y nos muestra algo más parecido a lo que nos tiene acostumbrados en su filmografía.

La Cumbre Escarlata es difícil de definir como género. No sabría decir si se trata de una película de terror, de romance o de ambas cosas. Lo que sí queda claro es que estamos ante una gran obra del director mexicano. A diferencia de Ridley Scott, Guillermo del Toro consigue que el film tenga un gran ritmo desde el principio y lo mantiene hasta el último fotograma, sabes que hay algo que ocultan dos de sus personajes pero no logras adivinar exactamente el qué. El director combina muy bien las dosis de terror y sustos inesperados con el romance y el engaño, la pasión y el misterio. Otro acierto es el casting, ya que parece que a sus tres protagonistas el personaje les viene como anillo al dedo, como si hubiesen nacido para interpretarlo, resaltando a Jessica Chastain, haciendo de mala y con un look un poco diferente del que estamos acostumbrados a verla. Mención especial tiene la estética y el vestuario de la película, que consigue que te adentres en ella fácilmente y sin esfuerzo, todo creado con mucha belleza. Un buen largometraje no tiene siempre que ser minoritario e independiente. La Cumbre Escarlata es un ejemplo de que aquello que se ha creado para recaudar dinero y atraer al espectador se puede realizar con cabeza y con todo lujo de detalle. Ya sabéis directores de Hollywood, amantes del Blockbuster, ¡Aprended!

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