La
última vez que Trevor Nunn dirigió
un film para la gran pantalla fue en 1996 con Noche de reyes. Ahora, ha vuelto con La espía roja, drama basado
en la vida de Melita Norwood, la espía británica que estuvo más tiempo al
servicio de la KGB.
La espía roja cuenta la historia de Joan Stanley, una
encantadora anciana que jamás ha levantado ningún tipo de sospecha hasta que
una mañana del año 2000, agentes del MI5 llaman a su puerta para llevársela
detenida, acusada de proporcionar información a la Rusia comunista,
saliendo a la luz uno de los mayores casos de espionaje del KGB y con Joan como
principal sospechosa.
Foto: filmaffinity.com
La
cinta está narrada de forma convencional, abusando hasta una forma
ensordecedora de la música, sin tener ningún elemento que la haga
diferenciadora. Como película de espías no aporta nada nuevo, aunque Dench
defiende con talento y emotividad al personaje real durante el interrogatorio,
y Sophie Cookson con frescura, pasión y fragilidad en sus díscolos años mozos.
Está muy bien realizada y, en ella, se explica perfectamente la situación
histórica que se vive, pero se acaba
haciendo bastante pesada hasta resultar académica, poco convincente y monótona al
sacar tan poco drama de la historia y, en su lugar, ofrecer algo romántico pulp
lleno de clichés.
Por
tanto, La espía roja cuenta con unas buenas interpretaciones cargadas de
emotividad y matices, sobre todo las protagonizadas por Judi Dench. Sin
embargo, en líneas generales es una colección de diálogos tediosos pronunciados
con personajes trazados a brochazos y en los que hubiese sido muy interesante
profundizar, ya que el espectador se quedará con más ganas de ver escenas de
Judi Dench o de Sophie Cookson, quien interpreta a su personaje de joven.
Valoración: 2/5
Lo mejor: Las
excelentes interpretaciones de Judi Dench y Sophie Cookson
Lo peor: Que
busque profundizar en una mediocre historia romántica en lugar de aportar mayor
dramatismo y elementos de thriller
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