El
director alemán Florian Henckel von
Donnersmarck, autor de la estupenda La
vida de los otros y de la insuficiente The
Tourist, regresa al cine independiente con La sombra del pasado, su tercer largometraje y que fue nominado a
la última edición de los Oscars y los Globos de Oros en la categoría de mejor
película de habla no inglesa.
El
film cuenta la historia de Kurt Barnert,
un joven estudiante de arte en la Alemania del Este que está enamorado de
Ellie, su compañera de clase. El padre de ella, el profesor Seeband, un
famoso médico, no aprueba la relación de su hija y está decidido a destruirla. Lo
que ninguno de ellos sabe es que sus vidas están conectadas por un terrible
crimen cometidos desde hace décadas.
Foto: filmaffinity.com
Este
drama, con toques de thriller, ambientado en el nazismo tiene un buen
planteamiento, pero que comienza a
desvanecerse enseguida. Es casi imposible
mantener la atención durante 188 minutos de metraje y ni siquiera la
habilidad de Donnersmarck logra que la cinta tenga interés.
Planteado
como un film independiente, al final resulta ser convencional y aséptica. Tres pesadísimas horas de metraje para
ofrecer una narración que es exasperadamente ramplona, lastrada por unos
personajes unidimensionales y un sentimentalismo de lo más tosco.
La sombra del pasado acaba trivializando los temas que aborda
por culpa de su villano mefistofélico, sus inconsistencias narrativas, sus
gratuitos montajes musicales y, sobre todo, por su pobre y vacío discurso sobre
la verdad del arte como reproducción de la realidad. Lo nuevo de Donnersmarck
tiene falta de ambición y no funciona en ningún momento. Lo misterioso es qué
le han visto los académicos estadounidenses para que optara a una nominación a
los premios más importantes de la historia del cine.
Valoración: 2/5
Lo mejor: Su
planteamiento sería bueno con un buen desarrollo
Lo peor: Que
dure tres horas cuando no tiene nada que contar
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