Este
año, a falta de Star Wars, hacía
falta una gran superproducción que ocupara la cartelera en estas navidades. Esta
plaza la ocupa Mortal Engines, aventura postapocalíptica dirigida por Christian
Rivers y con guion de Peter Jackson. ¿Cómo habrá sido el resultado?
Mortal Engines se desarrolla miles de años después de
la destrucción de la civilización por un cataclismo, la
humanidad se ha adaptado y, ahora, existen gigantescas ciudades en movimiento que
vagan por la tierra sobre enormes ruedas absorbiendo a los pueblos más pequeños
para obtener recursos. En una de esas colosales urbas, un joven deberá luchar
por su vida junto a una peligrosa fugitiva. Dos opuestos que forman una
peculiar alianza destinada a cambiar el curso del futuro.
Foto: filmaffinity.com
El
filme tiene un tono épico que le sienta
muy bien. Sus escenas de acción son explosivas y sabe mantener el interés. Se
nota que su libreto ha sido firmado por Peter Jackson y que está detrás de la
producción. Es una fiel adaptación a los libros y el espectador se entretendrá
durante los 130 minutos de metraje.
La
cinta, entre otras cosas, destaca por la
química entre Hugo Weaving y Hera Hilmar. Gracias a ella, se transmite
mucho en la gran pantalla y hace que funcione. También ha sido un acierto el
contar con actores poco conocidos en detrimento de por lo que suelen apostar
las grandes producciones. Esto le da un toque intimista que le sienta muy bien.
Sin embargo,
Mortal Engines falla en algo. Pese a
que funciona muy bien como adaptación, es algo densa, queriendo calcar lo que
ocurre en los libros y esto, en una película, no es posible. Quiere ser demasiado épica y, en algunos
momentos, pretende imitar a El señor de
los anillos sin éxito. Es aquí cuando pierde parte de su fuerza al no
tener un sello 100% propio.
Valoración: 3/5
Lo mejor: La
química entre sus protagonistas
Lo peor: En
algunos momentos le falta un sello propio
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