Después de arrasar con “La isla
mínima” (2014), Alberto Rodríguez nos presenta en su nuevo trabajo la historia
del espía Francisco Paesa desde que conoce a Luis Roldán, el prófugo más
buscado de la democracia española. Es mejor ir al cine conociendo algo de esta
historia para poder disfrutar de la película aún más.
El argumento de “El hombre de las
mil caras” puede parecer, a priori, bastante denso, pero Rodríguez consigue que
su resultado final sea brillante debido a su perfecta ejecución, a la calidad
del guion y a unos actores brillantes, destacando los trabajos de Eduard Fernández, probablemente el mejor de su carrera, y el de Marta Etura.
El largometraje supone un cambio
de registro para el director sevillano, puesto que no se parece a nada de lo
que ha hecho antes. La brillantez con la que está construida el personaje de
Luis Roldán (Carlos Santos), provoca que el espectador logre empatizar con él y vivir más intensamente este relato,
A pesar de durar 123 minutos, “El
hombre de las mil caras” no decae en ningún solo momento, lo que demuestra que
Rodríguez es un perfecto narrador y que sabe mezclar muy bien los géneros
cinematográficos, consiguiendo en todo momento un clímax de suspense e intriga.
Esto demuestra que no se necesitan grandes dosis de acción para que una cinta
tenga un ritmo trepidante.
Un recurso brillante del film es incluir
la voz en off del personaje de José Coronado para narrar los acontecimientos. Esto
le aporta dinamismo y más ritmo a la trama. Su único fallo es incluir algunos
momentos de relleno y que no aportan demasiado a la trama, pero que queda
camuflado por la buena ejecución de toda la película.
“El hombre de las mil caras” busca
la reflexión del espectador, con unas piezas encajadas perfectamente que
provocan que su resultado sea bastante bueno y que, debido a su forma de
narrar, logra que el espectador contemple la obra con objetividad y que no se
posicione con ninguno de sus personajes. Habrá que esperar para ver si el
último trabajo de Rodríguez sigue los pasos de “La Isla Mínima” pero, si el
público es justo, todo parece indicar a que el director sevillano volverá a
dejar huella en el cine español de 2016.
Valoración: 4/5
Lo mejor: su impecable guion y Eduard Fernández.
Lo peor: incluir algunas escenas de relleno.
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