sábado, 1 de octubre de 2016

Crítica de "El hombre de las mil caras"

Después de arrasar con “La isla mínima” (2014), Alberto Rodríguez nos presenta en su nuevo trabajo la historia del espía Francisco Paesa desde que conoce a Luis Roldán, el prófugo más buscado de la democracia española. Es mejor ir al cine conociendo algo de esta historia para poder disfrutar de la película aún más.
El argumento de “El hombre de las mil caras” puede parecer, a priori, bastante denso, pero Rodríguez consigue que su resultado final sea brillante debido a su perfecta ejecución, a la calidad del guion y a unos actores brillantes, destacando los trabajos de Eduard Fernández, probablemente el mejor de su carrera, y el de Marta Etura.
El largometraje supone un cambio de registro para el director sevillano, puesto que no se parece a nada de lo que ha hecho antes. La brillantez con la que está construida el personaje de Luis Roldán (Carlos Santos), provoca que el espectador logre empatizar con él y vivir más intensamente este relato,
A pesar de durar 123 minutos, “El hombre de las mil caras” no decae en ningún solo momento, lo que demuestra que Rodríguez es un perfecto narrador y que sabe mezclar muy bien los géneros cinematográficos, consiguiendo en todo momento un clímax de suspense e intriga. Esto demuestra que no se necesitan grandes dosis de acción para que una cinta tenga un ritmo trepidante.

Un recurso brillante del film es incluir la voz en off del personaje de José Coronado para narrar los acontecimientos. Esto le aporta dinamismo y más ritmo a la trama. Su único fallo es incluir algunos momentos de relleno y que no aportan demasiado a la trama, pero que queda camuflado por la buena ejecución de toda la película.
“El hombre de las mil caras” busca la reflexión del espectador, con unas piezas encajadas perfectamente que provocan que su resultado sea bastante bueno y que, debido a su forma de narrar, logra que el espectador contemple la obra con objetividad y que no se posicione con ninguno de sus personajes. Habrá que esperar para ver si el último trabajo de Rodríguez sigue los pasos de “La Isla Mínima” pero, si el público es justo, todo parece indicar a que el director sevillano volverá a dejar huella en el cine español de 2016.

Valoración: 4/5
Lo mejor: su impecable guion y Eduard Fernández.

Lo peor: incluir algunas escenas de relleno.

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